La obra, como nos cuenta su autor Luis Alonso, es un drama (a veces trágico, a veces cómico) estructurado en monólogos.
El Teatro Independiente Alcalaíno rindió el sábado 5 de noviembre un emotivo homenaje a uno de sus miembros más representativos y que durante treinta y cinco años, hasta su fallecimiento el pasado agosto, dedicó una parte importante de su vida a la escena complutense, en sus distintas facetas como como luces y sonidos, preparación de escenografías y atrezo, interpretación y desde 1988, formando parte de los distintos consejos de administración, cuando se constituye el Grupo TIA como asociación cultural sin ánimo de lucro.
Antes del espectáculo, el FCO. Javier Blasco, presidente del TIA, pronunció unas palabras de recuerdo mientras paseaba por el grupo de teatro, y Luis Alonso, director artístico, apoyado en unas imágenes históricas de Juan Antonio, hizo una semblanza de su obra técnica y artística, destacando su versatilidad. .
La obra, como nos cuenta su autor Luis Alonso, es un drama (a veces trágico, a veces cómico) estructurado en monólogos. Monólogos que se han desentrañado sobre el escenario, incluido el de Juan Antonio, proyectado en este caso, pero parte del todo.
Al finalizar el espectáculo, y tras un caluroso aplauso del elenco, María Aranguren, concejala de Cultura, que había manifestado su deseo de estar presente en el acto, dirigió unas palabras de aliento a la labor del teatro de Alcalá y en particular a Juan Antonio Borrell, a quien conocía de su trabajo municipal.
Posteriormente, Olga Borrell, hija única del ganador, subió al escenario para recibir un disco que contenía documentos gráficos y sonoros de la extensa obra que su padre dedicó al teatro. Emocionada, recibió el regalo.
No queremos despedir esta crónica sin recordar a todos aquellos que, desinteresadamente, trabajan por la cultura complutense en todas sus facetas y en especial a los que nos han dejado, pero cuyo generoso y buen hacer contribuye a hacer vida en esta ciudad, Alcalá de Henares. , es de mejor calidad. JUAN ANTONIO, ¡ADIÓS AMIGO!
- Crónica de AZPILICUETA / Foto de Baldomero Perdigón, CALVO.