Un total de 34 maestros artesanos gallegos fueron elegidos por el Ministerio de Cultura como ejemplos de buenas prácticas para la conservación del patrimonio y su gestión sostenible. Entre ellos hay expertos en cantería, vidrieras, carpintería -incluida la ribeira-, forja, yeso, caña o barro que trabajan en la construcción tradicional. Además, el Gobierno central también toma como modelo una iniciativa de gestión ambiental sostenible en Galicia: el “Manual de buenas prácticas para visitantes de la Ribeira Sacra”.
Tanto los detalles de este manual como los docentes están contenidos en el “Libro Verde para la Gestión Sostenible del Patrimonio Cultural” presentado el viernes por el ministro de Cultura en funciones, Miquel Iceta.
El objetivo de este volumen –con su versión web en https://www.culturaydeporte.gob.es/libro-verde-patrimonio/portada.html– es ofrecer a los gestores culturales y a la ciudadanía en general propuestas de sostenibilidad “que se puedan tomar en consideración cuando se trabaja en la conservación, restauración o difusión del patrimonio cultural”. El libro se ofrece en gallego, catalán, euskera, castellano, francés e inglés.
Los 34 profesores gallegos incluidos forman parte de la Red Española de Profesores de Conservación Tradicional. Están distribuidos en 14 de la provincia de Pontevedra; 11 de La Coruña; seis de Lugo y tres de Ourense. Desde Cultura señalan que el sitio será actualizado constantemente para ampliar los contenidos.
Describe la actividad de cada uno de los artesanos, dónde encontrar su taller, su teléfono de contacto y sus datos profesionales. Entre los incluidos encontramos al campanero José Enrique López Ocampo, natural de Campanas Ocampo y con 400 años de tradición familiar que acabó instalándose en Caldas de Reis.
También localizamos a la cantera ourensana Laura Rodríguez –una de las pocas mujeres incluidas en la lista– o al carpintero vigués Roberto Rodríguez González, ya jubilado y con taller en la calle Aragón. “Que me pongan en esa lista”, dice, “no me parece importante. Lo importante es que hicieron esa lista de docentes que antes no estaba”.
Reconoce que fue autodidacta en su formación de carpintería, trabajando fuera de Galicia, en Guadalajara y Alcalá de Henares con otros profesores.
Roberto Rodríguez lamenta no ver “mucho interés por estas cosas actualmente. Los artesonados –techos en forma de cuenco invertido– hace tiempo que dejaron de fabricarse y ya no interesan ni siquiera las cerchas, piezas lineales ensambladas para sostener el techo inclinado de los edificios. Ahora los techos son en su mayoría de metal u hormigón y, por lo tanto, la gente no está interesada en aprender a hacer techos de madera manualmente. No hay ningún interés en transmitir estos conocimientos ni por parte de la Administración ni por parte de la gente. Es difícil mantener las cosas así».
“Cheguei saldrá a la calle para que los canteiros destruyan el patrimonio”
Laura Rodríguez, de 64 años, es una de las pocas mujeres gallegas incluidas en la lista de la Red Española de Maestros de la Construcción Tradicional. En su caso, todo empezó en 1981 en la Escola de Canteiros de Poio. “Entrei por referencia doutra xente coñecida. Tiene un avó canteiro pero no tiene solapa funcional. Mírame canteira, porén, de casualidad. Después de cinco años de escuela siempre realizan trabajos relacionados con la talla o el trabajo de la piedra”, dice Laura Rodríguez. Este artesano de cantera trabajó en las últimas obras de restauración del Pórtico da Gloria. Sobre su condición de mujer afirma que “nunca han tenido problemas con esto. Llegué a la zona de O Carballiño y tuve la oportunidad de trabajar con antiguos canteiros de piedra y una de las primeras empresas de piedra que abrieron aquí. Después tienen su propio taller, así que no me centro en tallar, trabajando para escultores. Activo desde hace más de 40 años, ha sido testigo y experimentado la curva del interés por el procesamiento de la piedra en la sociedad. “Houbo estuve abandonado durante unos años. Posteriormente, gracias a la escuela de Poio, lo rexurdiu y potenció; pero ahora está disminuyendo nuevamente. Creo que se infravalora y rebaja el aprecio por la cantería tradicional o artesanal. Hay una decadencia porque quizás todo esté más industrializado. Un cantante formado por años de experiencia y experiencia en obras de Patrimonio de personas que invaden nuestro trabajo con competencia desleal de personas que nunca tocan una maldita piedra que yo les di o con la que tienes que lidiar o no. Me parece grave e irrespetuoso. Cheguei para descubrir que los canteiros han destruido nuestro patrimonio. Es como decirle al Mestre Mateo que no puede tocar una piedra; Es ofensivo. Al final será sólo producción industrial que no tiene nada que ver con la producción artesanal”, critica.
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