Los Premios Ciudad de Alcalá vivieron una de las galas más brillantes de su más de medio siglo de historia gracias a la presencia de Rafael, que recibió el Premio de las Artes y las Letras y que aprovechó este reconocimiento para dar testimonio de su amor por una ciudad en el cual, aseguró, seguirá viniendo a cantar. “Y cuanto antes, mejor”, afirmó.
En un abarrotado Teatro Salón Cervantes, la entrega de premios estuvo presidida por la alcaldesa Judith Piquet, acompañada por el ministro de Cultura, Mariano de Paco; los tenientes de alcalde Isabel Ruiz, Víctor Acosta y Gustavo Severien, el concejal de Cultura, Santiago Alonso; el director de Arte y Cultura de la Universidad de Alcalá, José Raúl Fernández del Castillo; y el hijo de Arsenio Lope Huerta, Iván Lope. También estuvo presente casi todo el grupo de gobierno y representantes de todos los grupos municipales.
Sobre el escenario Raphael estuvo acompañado por el resto de ganadores de esta 54ª edición de los Premios Ciudad de Alcalá, todo un privilegio para el intérprete de Yo soy esa. “Es maravilloso poder participar en este momento de mi vida, ya que la mayoría de las veces no puedo estar presente para este tipo de reconocimientos”, dijo el cantante.
“Fortaleciendo el vínculo con esta ciudad tan involucrada con las artes”
Raphael recordó que hace veinte años fue nombrado miembro de la Facultad de Letras de la Universidad de Alcalá, así como sus continuas visitas a nuestra ciudad para ofrecer conciertos; un hábito que no piensa abandonar. “Nos volveremos a encontrar aquí porque me hace feliz estrechar lazos con esta ciudad tan involucrada en las artes”, dijo poco después de recibir la medalla de acreditación de manos del alcalde.
Éste elogió la incomparable «excelencia» de Raphael, así como su capacidad para conectar con las sensibilidades de tantas personas, tan diferentes y tan distantes en el tiempo y el espacio. “Hiciste vibrar, reír, llorar y sentir a millones de personas en todo el mundo; Te has convertido en parte de su vida. Y éste es un privilegio reservado a muy pocos seres humanos», añadió Piquet, quien también quiso subrayar la larga trayectoria de los Premios Ciudad de Alcalá, como el mejor ejemplo «de la dedicación y sensibilidad con la que los alcalaínos de diferentes generaciones han impulsado estos reconocimientos al talento en la creación artística, la investigación, la comunicación, la protección del patrimonio histórico o de la civilización».
En una gala ofrecida por el periodista Raúl Pacheco, que también contó con música en directo de Carlitos Chacal, el cuadro de honor de la 54 edición del Ciudad de Alcalá se completó con los siguientes nombres: Antonio Rivero Taravillo recibió el premio como ganador en Poesía; Sílvia Ardévol Sala, en Ficción; Jacobo Rivero Rodríguez, en Periodismo; Alejandro Botubol Bolaños, en Artes Visuales; Vicente Fraga, en Fotografía; Pablo Cano Sanz, en Investigaciones Históricas; la Fundación Antezana, en Arquitectura; y el colectivo CAJE, en Valores Cívicos. Todos recibieron el trofeo que acredita el premio, un diseño exclusivo del escultor alcalá Jorge Varas.





Los premios literarios
El capítulo literario recoge los premios más prestigiosos de la Ciudad de Alcalá. El poeta, narrador, ensayista y traductor Antonio Rivero Taravillo (Melilla, 1963), incapaz de asistir a la gala por motivos de salud, desarrolló toda su carrera literaria desde Sevilla. Aunque tocó todos los géneros, fue la poesía en la que más se distinguió, con más de una docena de poemarios. El titulado Ahora fue galardonado con el Premio de Poesía Ciudad de Alcalá, por su “variación de estilos y medidas”, según el acta del jurado.
El actor Jacinto Montes de Oca recogió en su nombre el premio de manos del concejal de Cultura, Santiago Alonso, y también leyó en París uno de los poemas del premiado, titulado Sylvia Plath.
De Sílvia Ardévol (Barcelona, 1978), el jurado destacó “la alternancia de puntos de vista” y la trama en la que une armoniosamente “la novela y el cuento” en su obra La sonrisa de Aglaia. Ardévol es licenciada en filología inglesa y trabaja como docente y traductora con especial devoción por los títulos y autores clásicos, “porque nos permiten profundizar y comprender la condición humana”. La protagonista de su novela es una hetaira en la época de la crisis de la democracia en la antigua Grecia. El ministro de Cultura, Mariano de Paco, le hizo entrega del galardón.
La carrera de Jacobo Rivero Rodríguez (Madrid, 1974) a caballo entre la literatura, el periodismo y el cine documental, fue reconocido con el Premio de Periodismo «Manuel Azaña» por su «originalidad» y «variedad de fuentes». el informe La huella de Camarón, publicado en El País Semanal. Rivero aprovechó la retirada del premio, también por parte de la ministra de Cultura, para reclamar «un mayor valorización del flamenco como patrimonio» y resaltar el papel de Alcalá «como ciudad crucial para entender la cultura y las escrituras de nuestro país». . «.
Pintura y fotografía
En el ámbito de las artes plásticas y gráficas, Alejandro Botubol (Cádiz, 1979) obtuvo el premio de Artes Visuales con su obra El boomerang de mamá. El manejo de “la luz, la gravedad, el volumen y la resonancia de las formas y el color” fue elogiado en la obra de este artista afincado en Madrid por el jurado, que también otorgó menciones honoríficas a Julio García Falagán y Vicente Gómez Pérez. “El arte nos ayuda a contar con imágenes lo que nos cuesta decir con palabras”, explicó el pintor andaluz, que recogió el premio de manos de la Alcaldía de Cultura.
En fotografía, el ganador fue Vicente Fraga (Pontevedra, 1978) por su obra titulada Adeus. Formado en arquitectura e ingeniería, Fraga ha convertido la cámara en su medio de exploración e investigación, que en el caso de la serie premiada destaca por «su evocación y bella narrativa sobre el paisaje y la gente del campo». Un premio, entregado también por el concejal municipal Santiago Alonso, que el fotógrafo gallego interpretó como un reconocimiento «a las personas que mantienen nuestra cultura rural».








prensa alcalina
Una edición más, Ciudad de Alcalá también tuvo protagonismo local. Así, el premio de Investigación Histórica que lleva el nombre del recordado cronista Francisco Javier García Gutiérrez recayó en su obra Los Caracciolos en Alcalá de Henares, obra de Pablo Cano Sanz, que destacó la «singularidad» del edificio de la orden en Alcalá de Henares, Calle de la Trinidad y que recibió el trofeo de manos del director de Arte y Cultura de la Universidad de Alcalá, José Raúl Fernández del Castillo.
El Premio de Arquitectura también tuvo color alcalá al otorgarse a la Fundación Antezana por las intervenciones en el histórico hospital de la calle Mayor, en las que destacó la antigua puerta y la antigua farmacia, convertida en centro de recepción de visitantes.
El alcalde tuvo el encargo de entregar el galardón al presidente de la Fundación Antezana, Asensio Esteban, quien subrayó el carácter único en nuestro país y en Europa de una institución asistencial con 540 años de historia, forjada y unida por » «un mortero de dedicación y solidaridad».
Y con sabor emotivo local, el premio Valores Cívicos, que lleva el nombre del recordado intendente Arsenio Lope Huerta, también fue entregado al Colectivo de Acción por el Juego y la Educación (CAJE), por sus casi cuatro décadas de trabajo de integración y convivencia entre los Población infantil y juvenil del Distrito II de Alcalá.
Iván Lope, en representación de la familia Lope Huerta, entregó el premio a Jacqueline Trillo, presidenta del CAJE, quien junto a dos jóvenes voluntarios del grupo dedicaron el galardón a los «cinco Quijotes» que lo fundaron en 1984 y a la «humana flow” torrente que lo ha traído hasta nuestros días, bajo el lema de “participación, diversidad, equidad e inclusión”.
Raphael recibió el Premio de las Artes y las Letras en los Premios Ciudad de Alcalá. En la gala, estuvieron presentes la alcaldesa Judith Piquet, el ministro de Cultura Mariano de Paco, y otros representantes municipales. Raphael expresó su amor por la ciudad y prometió seguir cantando allí. Otros ganadores de los premios incluyeron a Antonio Rivero Taravillo en Poesía, Sílvia Ardévol Sala en Ficción, Jacobo Rivero Rodríguez en Periodismo, Alejandro Botubol Bolaños en Artes Visuales, Vicente Fraga en Fotografía, Pablo Cano Sanz en Investigaciones Históricas, la Fundación Antezana en Arquitectura, y el colectivo CAJE en Valores Cívicos. Los premios literarios destacaron a Antonio Rivero Taravillo por su poesía, a Sílvia Ardévol por su novela, y a Jacobo Rivero Rodríguez por su trabajo periodístico. También se otorgaron premios en pintura, fotografía, investigación histórica, arquitectura y valores cívicos.
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